Según escribió Tino Fernández, es un tsunami que arrasa profesiones y empleos que hasta ahora estaban vigentes y que no volverán. Cuando las aguas se retiren quedará un mercado socio-laboral en el que habremos de aceptar el hecho de que conservar un puesto para siempre se acabó. Habrá que cambiar el paradigma de depender del sueldo de una empresa y tendremos que generar nuestra propia empleabilidad.

“Debemos hacernos a la idea de que tener un buen trabajo y mantenerlo durante mucho tiempo, disfrutando de una vida confortable, se acabó”. Así de rotundo se manifiesta Kevin Hallock, profesor de economía del trabajo y director del Instituto de Estudios de la Compensación en la Universidad de Cornell.

Junto con otros expertos, Hallock pronostica en la revistaForbes la desaparición de las profesiones de la clase media, y analiza el gran tsunami laboral que ya está cambiando la forma de trabajar, los modelos imperantes y las profesiones que antes servían y que ahora comienzan a languidecer por el efecto de los cambios vertiginosos a los que se ve sometido el mercado de trabajo.

Para Harry Holzer, economista de la Universidad de Georgetown y coautor de ¿Dónde se van los buenos empleos?, la clase de trabajos que tienden a desaparecer son aquellos en los que se paga realmente bien a trabajadores que no están demasiado cualificados. “Los empleos bien remunerados en cadenas de montaje que requieren una formación modesta y una educación básica son cosa del pasado. La combinación de los avances tecnológicos y la deslocalización de los recursos o de los procesos productivos encoge esos trabajos”.

Llega una economía en la que casi nadie tendrá un empleo ‘real’. Este será más bien por proyectos

Enrique de la Villa, socio responsable del área de Human Capital de Deloitte, coincide en que “la enorme velocidad es el sustrato de todos los cambios. La evolución social y laboral tiene un ritmo frenético; hay nuevas preferencias sociales que dan lugar a nuevas profesiones, los perfiles se modifican a gran velocidad y se trabaja en función de todo esto”.

Krista Walochik, presidenta consejera delegada de Norman Broadbent, cree que el afán por buscar la efectividad y la eficiencia –todo más rápido, más barato y con menos recursos– hace que la competitividad también esté detrás de todos estos movimientos en el mercado laboral. Walochik prafrasea a Didac Lee, fundador y CEO de Inspirit, quien asegura que “o eres barato o eres distintivo, pero no puedes estar en el medio”. Para Walochik, aplicar esto al mercado de trabajo supone decir que “o eres mano de obra barata o estás supercualificado, pero no puedes estar en el medio”.

Como Holzer, la presidenta de Norman Broadbent cree que la tendencia a la eficiencia ataca posiciones ricas en mano de obra no cualificada (quienes controlan los contadores del gas tienden a desaparecer). Además, cambian las costumbres, y esto afecta a posiciones como tutores o mayordomos. Estamos en otro ritmo de vida (desaparecen los porteros de fincas), hay cambios políticos, se masifican las demandas de productos, se transforman los hábitos de consumo y se dan nuevas tendencias demográficas que provocan la desaparición de profesiones.

Eva Levy, directora de ExcellentSearch, cree que “la aparición o desaparición de trabajos está ligada históricamente a los cambios tecnológicos. Muchas veces las profesiones no desaparecen realmente, pero se modifican y adaptan a las nuevas realidades. Esto es muy llamativo en el transporte y distribución de mercancías, tan antiguo como el ser humano. El sector está pasando por momentos duros, pero a la vez te encuentras a profesionales autónomos que trabajan para uno o varios clientes con los que se comunican telemáticamente y realizan toda una serie de operaciones online, sin necesidad de acudir a un centro de trabajo para tomar decisiones. Muy lejos del camionero clásico, que cargaba y descargaba sin más”.

Para Levy, las profesiones (o, más bien, los profesionales) se están especializando y captan nichos de mercado. “La agencia de viajes clásica ya no es lo que era. La capacidad del usuario para organizarse en Internet sólo hace viables aquellas capaces de adaptarse a las necesidades de colectivos muy concretos, adelantándose incluso a sus gustos. Quien no esté especializado y no haga un buen uso de las TIC no tiene cabida en el nuevo panorama laboral”.

Tener un buen trabajo y mantenerlo durante mucho tiempo, con una vida confortable, se acabó

 

Nuevo paradigma

Eva Levy añade que “el problema en España es que los adultos están sufriendo por un cambio brutal de paradigma (nos educamos en una cierta idea del ‘trabajo para siempre’) y los jóvenes se ven sorprendidos por la dureza de una realidad para la que no les había preparado su educación. Hay que aprender a marchas forzadas a reinventarse”. En este sentido José María Gasalla, profesor de dirección de recursos humanos de Esade, recuerda que “dentro de cinco o diez años cualquier sector estará controlado por cuatro o cinco superempresas. El resto serán autónomos, freelance o microempresarios”.

Gasalla advierte de un cambio en el paradigma de la dependencia –el hecho de que en una empresa te aseguren el sueldo todos los meses– y se muestra convencido de que “cada profesional debe fabricar su propia marca y su empleabilidad”.

El experto asegura que de las tres formas de interactuar con la realidad -física, química y simbólica-, cada vez nos vamos a comunicar más desde la última, y esto implica crear una marca: “Cada uno debe inspirar confianza en su entorno y lograr que esta permita que los demás se impliquen. Será difícil que la gente se comprometa con una marca, y la tendencia será más bien a hacerlo con un proyecto”. José Manuel Casado, presidente de 2C, asegura que los trabajadores especiales serán los que tengan un valor distinto, una marca personal.

Además, Gasalla cree que la flexibilidad -como capacidad para adaptarse y ser proactivo en el cambio- es la mayor garantía, y en eso coincide con Eva Levy, quien asegura que se trata de un valor en alza: “Flexibilidad en la manera de trabajar; para ofrecer servicios a otros países que se rigen por diferentes usos horarios… Esa flexibilidad está ligada a una vida con más calidad, lo que ha hecho que aparezcan muchos servicios de asistencia personal: personal shopper, quienes solucionan gestiones cotidianas, o te ofrecen peluquería o entrenamiento físico en casa o en el despacho… Son negocios minoritarios que reflejan una tendencia que ya se venía dando en los últimos años. Muchas nuevas profesiones van a crearse en este caldo de cultivo. Y van a marcar las relaciones laborales, las relaciones entre proveedores y clientes”.

Eva Levy sostiene que “está naciendo una generación de emprendedores capaces de entender la distancia corta, pero también la necesidad de prestar servicios a muchas personas o empresas de la Aldea Global. En ese nuevo emprendimiento la clave está en crear equipos o sinergias que mezclen de manera adecuada a jóvenes con iniciativa, veteranos con experiencia y tecnólogos. Hace falta conocer idiomas, perspectiva internacional, educación interdisciplinar, valor para innovar, para cambiar de rumbo… Esta es en todas las sociedades dinámicas la base de las profesiones siempre nuevas o siempre renovadas”.