Los trabajadores especiales serán los que tengan un valor distinto, una marca personal
José María Gasalla añade que “el mundo que viene va a respetar más a cada individuo”, algo en lo que coincide José Manuel Casado, para quien el individuo es el elemento central de de la globalización 3.0: “Si en el pasado fueron protagonistas los países, y en una segunda fase de globalización dejaron paso a las empresas, ahora son las compañías las que comienzan a entregar el testigo de la responsabilidad de la acción a los individuos”.
Casado destaca cuatro elementos del modelo deglobalización 3.0: una mayor apertura del comercio, el hecho de que las tecnologías acercan todo; el mayor tamaño de las multinacionales; y la demografía: desde 1950 hasta 2000, los países subdesarrollados (ahora emergentes) multiplican su población.
Además, el experto utiliza el símil del trébol de Charles Handy para explicar que los trabajadores principales, los que son indispensables -están en la primera hoja– forman un núcleo de organización con trabajadores a tiempo completo y dedican su vida a la empresa. Es un núcleo central que se muestra como el más selecto y posiblemente el más reducido, mejor pagado y más productivo. Son los que entienden el negocio.
La segunda hoja se refiere a los trabajos externalizados hacia empresas especializadas. Es la de las empresas subcontratadas que hacen outsourcing. La tercera hace referencia a la ayuda que solicitamos, a la ayuda profesional que contratamos… Se habla aquí de los trabajadores a tiempo parcial, los que no quieren o no pueden conseguir trabajo en el núcleo central de la organización.
‘Gigonomics’ El experto sostiene que el principal cambio será el del mundo laboral, con un modelo de trabajo muy distinto al que hemos conocido hasta ahora. Casado explica que “en unos casos como consecuencia de la situación, y en otros porque los mejores profesionales aprovechan la situación para transformarla en oportunidad y hacer realidad sus sueños, se está creando un mercado Gig“. Habla deGigonomics para referirse a un cambio de la economía compuesto por freelance, proyectos Gig y trabajos a tiempo parcial combinados con reducción de los prepuestos corporativos, outsourcing y el fin de la lealtad a las empresas. “Se trata de una economía en la que casi nadie tendrá un trabajo real; en la que cada trabajador es un Gig, un profesional que colabora a corto plazo con empresas mediante contratos para hacer proyectos concretos. El trabajo es una mezcla de colaboraciones con distintas compañías”.
Desde la perspectiva del experto “se da una evolución natural que permite al profesional ser su propio dueño y a la vez dotar a la empresa de una mayor flexibilidad al poder disponer del talento especializado para iniciativas concretas. Esto será cada vez más importante en aquellas organizaciones de conocimiento que trabajen por proyectos, como los despachos de abogados, las consultorías o las ingenierías”.
Profesiones en extinción Hasta ahora habíamos visto clasificaciones más o menos curiosas acerca de los peores trabajos del mundo. Son posiciones incómodas o empleos terribles que nadie querría. Las propias condiciones de estas actividades, su dureza o sinsentido hablan también de su posible desaparición. Nos encontramos así con lo que el diario británico The Telegraph catalogó como el peor oficio de la Tierra, al referirse a los limpiadores del sistema de alcantarillado de Calcuta.
Similares a este, los recolectores de residuos en Delhi, o aquellos que se dedican a seleccionar metales de la basura electrónica en China –utilizando compuestos que causan asma, bronquitis o que pueden alterar su ADN– forman parte de una clase trabajadora que sufre rigores extremos.
La revista Forbes cita también entre las peores actividades profesionales que se puedan tener a los científicos que luchan contra la malaria provocada por el mosquito ‘Anopheles Darlingi’ en Brasil, un colectivo de altísimo riesgo. Su trabajo aparece en las clasificaciones a la altura de otros puestos científicos, entre los que se cuentan los inseminadores de animales o los investigadores y analistas de olores. Asimismo, la revista cataloga como peores trabajos a algunos que resultan habituales y cotidianos: taxistas, leñadores, soldadores, basureros o aquellos que registran las lecturas de los contadores.
Esta clasificación está más cerca de lo que Forbes recientemente calificaba como profesiones en extinción de la clase media. Las transformaciones tecnológicas, sectoriales o estructurales del mercado de trabajo hacen que muchos empleos tradicionales sufran una contracción significativa.
Forbes señala algunas profesiones de la clase media que ya no existirán en un lustro, como los agentes de viajes (con un 14% de posibilidades de desaparecer en ese plazo); los analistas de noticias(15,9%), ingenieros agrícolas (18,4%); policías y vigilantes de tránsito (18,7%); correctores_(31%); técnicos matemáticos (31,4%); managers de promociones y publicidad (32,7%) o managers de compensación y beneficios.
Nuevas condiciones del mercado laboral El nuevo sustrato del mercado de trabajo favorece la aparición de condiciones diferentes y modelos socio-laborales inéditos. - Puesto que se necesitan perfiles profesionales distintos, los sistemas de búsqueda también cambian, y cada puesto se hace único. Cuando una firma abre una posición es porque necesita a una persona concreta.
– Uno de los requisitos más demandados en el nuevo escenario que está surgiendo es la capacidad de innovación de los candidatos. Se buscan profesionales que hayan demostrado creatividad en la manera de obtener sus resultados y muy adaptables a las nuevas situaciones.
– Es evidente que tendremos que trabajar cada vez más años. Las compañías tendrán que resolver sus necesidades con una fuerza laboral envejecida y cada vez más generaciones convivirán en las empresas, y éstas tendrán que conciliar diversos intereses, culturas, modelos de trabajo y de compromiso. Esta convivencia intergeneracional obligará asimismo a concebir nuevos modelos de empresa y a rediseñar los itinerarios profesionales.
– El cada vez menor apego de los empleados a sus trabajos y el hecho de que la relación con el empleador ya no sea de por vida anuncia ya la llegada de nuevos modelos de compromiso, de carrera empresarial, de contrato y de nuevas fórmulas de trabajo.
– La pujanza de la mujer en el escenario socio-laboral del futuro es incuestionable. De las 15 categorías de nuevas profesiones que se desarrollarán hasta 2020 todas excepto dos serán ocupadas por mujeres. En el nuevo escenario, las medidas de conciliación dejarán de ser tales y pasarán a ser de retención. La empresa que no ofrezca este tipo de organización que permita compaginar con normalidad la atención a la familia y al trabajo se quedará sin empleados cualificados y sin alto rendimiento.
Rafael Cuadrillero